La cabeza del caballo es una parte muy importante de su anatomía. Está conformada por varias estructuras, como la frente, las orejas, los ojos, la nariz, la boca y la mandíbula.
En la parte frontal de la cabeza se encuentra la frente, que es ancha y plana en la mayoría de los caballos. Las orejas son móviles y pueden rotar en dirección opuesta para escuchar sonidos provenientes de diferentes ángulos. Los ojos de los caballos son grandes y están ubicados en los lados de la cabeza, lo que les permite tener un campo visual panorámico de casi 360 grados. Tienen una excelente visión nocturna y pueden ver en color.
La nariz del caballo, o también conocida como hocico, es muy sensible y le permite oler y respirar. Tienen unas fosas nasales anchas que les permiten respirar con facilidad mientras hacen ejercicio. La boca del caballo tiene dientes que les sirven para masticar y triturar los alimentos, y la lengua, que les ayuda a manipular los alimentos y comunicarse con otros caballos.
La mandíbula del caballo es poderosa y está compuesta por dos huesos que se unen en la articulación temporomandibular. A través de esta articulación, el caballo puede abrir y cerrar la boca para comer, beber y comunicarse.
En resumen, la cabeza del caballo es una estructura altamente especializada que les permite a estos animales realizar diversas funciones importantes para su supervivencia y bienestar.
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